Antes de entender el propósito de nuestra vida tenemos que estar seguros de que Dios nos hizo, nuestro nacimiento no fue un accidente ni una casualidad, sino una planificación de suya.
Es importante que tengamos claro que Dios nos creó de la forma que él quiso, con las características que él quiso que tengamos.
Si entendemos esto podremos comprender que Dios tenía un propósito para nuestra vida aún antes de que naciéramos.
Él planificó algo para cada uno desde antes que existiéramos; esto quiere decir que lo hizo sin nuestra participación; pero debemos estar seguros que si Dios es un papá de amor, lo que tiene preparado para nosotros es lo mejor. Romanos 8:28 dice que a los que aman a Dios todas las cosas les vienen a bien, así que debemos confiar en que si realmente lo amamos a todo lo que él haga en nuestras vidas va a ser lo mejor.
También tenemos que entender que como hijos de Dios no debemos pensar como personas del mundo. No nos debemos conformar con lo que todos piensan, sino que debemos romper esquemas y transformar nuestra forma de ver el mundo. Debemos saber que fuimos creados para Dios y no para que él cumpla todos nuestros caprichos.
El propósito principal que Dios nos dio es que hablemos de él, que compartamos a la gente la experiencia que hemos podido vivir y que llevemos su palabra. Mateo 28:18-20 nos hace un llamado para que hagamos discípulos en todas las naciones; ese es el propósito de nuestra vida.
Sin embargo, esto no quiere decir que todos debemos dejar a nuestra familia, trabajo, estudio, amigos, etc. para convertirnos en misioneros. Hay muchas formas de servir a Dios y podemos hacerlo desde nuestra carrera, gustos y habilidades. Todas estas son herramientas que tenemos para cumplir con la voluntad de Dios.
Además, tenemos que entender que Dios no nos quiere dar una vida cualquiera, al contrario, nos quiere dar una vida de éxito en la que alcancemos grandes cosas, que seamos llenos de bendiciones y que podamos ser de bendición para los demás.
Es importante que tengamos claro que Dios nos creó de la forma que él quiso, con las características que él quiso que tengamos.
Si entendemos esto podremos comprender que Dios tenía un propósito para nuestra vida aún antes de que naciéramos.
Él planificó algo para cada uno desde antes que existiéramos; esto quiere decir que lo hizo sin nuestra participación; pero debemos estar seguros que si Dios es un papá de amor, lo que tiene preparado para nosotros es lo mejor. Romanos 8:28 dice que a los que aman a Dios todas las cosas les vienen a bien, así que debemos confiar en que si realmente lo amamos a todo lo que él haga en nuestras vidas va a ser lo mejor.
También tenemos que entender que como hijos de Dios no debemos pensar como personas del mundo. No nos debemos conformar con lo que todos piensan, sino que debemos romper esquemas y transformar nuestra forma de ver el mundo. Debemos saber que fuimos creados para Dios y no para que él cumpla todos nuestros caprichos.
El propósito principal que Dios nos dio es que hablemos de él, que compartamos a la gente la experiencia que hemos podido vivir y que llevemos su palabra. Mateo 28:18-20 nos hace un llamado para que hagamos discípulos en todas las naciones; ese es el propósito de nuestra vida.
Sin embargo, esto no quiere decir que todos debemos dejar a nuestra familia, trabajo, estudio, amigos, etc. para convertirnos en misioneros. Hay muchas formas de servir a Dios y podemos hacerlo desde nuestra carrera, gustos y habilidades. Todas estas son herramientas que tenemos para cumplir con la voluntad de Dios.
Además, tenemos que entender que Dios no nos quiere dar una vida cualquiera, al contrario, nos quiere dar una vida de éxito en la que alcancemos grandes cosas, que seamos llenos de bendiciones y que podamos ser de bendición para los demás.
Foto tomada de la página: www.lacoctelera.com/elcaminodelavida.jpg
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