miércoles, 5 de agosto de 2009
La verdadera amistad
jueves, 30 de julio de 2009
Hay una esperanza- Edgar Lira
domingo, 12 de julio de 2009
Conocienendo a papá Dios- Andrés Parreño
video: Natalia Echezuría
viernes, 10 de julio de 2009
Testimonio personal- Andrés Parreño
Cuando era pequeño mi padre salió del país a realizar un postgrado en el extranjero, mi mamá trabajaba y entonces no pase mucho tiempo con mis padres, no porque no hayan querido, sino por la situación que atravesabamos en mi familia. Eso causó en mí una sensación de falta de afecto y aprendí a llenar ese vacio de otras formas. Me dediqué a contar chistes, principalmente en las reuniones de los adultos, y me hacían sentir bien durante un rato. Eso me llevó a buscar agradar a las personas y a hacer compromisos que no podía cumplir. Además, cuando debía afrontar momentos en los que tenía que tomar decisiones se me dificultaba mucho porque no lograba escoger algo que le agradara a todos, eso me llenaba de culpa y de desaprobación propia.
En cierta edad llegué a sentir el llamado de servirle a Dios como sacerdote religioso, pero no lo hice por el temor al que dirán y por la curiosidad de tener una familia. Eso me lleno de culpa. Buscaba a Dios a la manera que yo conocía, pero algo no engranaba. Cierto día una chica desconocida me preguntó si quería saber lo que Dios tenía preparado para mi vida; sonriendo le dije que sí. Realicé una pequeña oración en la que dije: "Señor Jesucristo, yo te necesito, reconozco que diste tu vida en la cruz por mis pecados, te abro la puerta de mi corazón, entra a mi vida como Señor y Salvador y haz de mi la persona que Tú quieres que yo sea. Amén". De ahí en adelante pude acercarme a la Biblia de otra manera, pude entender que era lo que Dios me decía y que Él dice que a sus ojos soy de gran estima, honorable, que me ama y que dará hombres por mí y naciones por mi vida. Ahora puedo decidir amarme a mí mismo y a los demás con el gran amor con el que él me ama.
Foto otrogada por Andrés Parreño
domingo, 5 de julio de 2009
Vivir por prioridades- Pamela Torres
Pamela Torres compartió su testimonio sobre lo que aprendió en el curso de formación básica que realizó. Contó cómo había logrado realizar todas las actividades que tenía que hacer en un momento lleno de responsabilidades y, además, aprovechó para contar que logró cumplirlo todo de manera perfecta cuando entendió que debía vivir por prioridades y no por presión.
Video: Natalia Echezuría
Nuevos graudados
La ceremonia contó con alabanza, testimonios, un tema corto, la entrega de diplomas y una oración especial por todos aquellos que terminaron el curso y por quienes desean empezar el nuevo (el próximo CF1 comienza el 14 de julio a las 19:00).
Vestidos de forma muy elegante, uno a uno, pasaron a recibir el diploma correspondiente y se arrodillaron sobre el escenario del Salón de la Ciudad, en el Municipio de Quito, para recibir una bendición especial.
Al finalizar el acto se abrió un espacio para saludar a los amigos, invitados y familiares, para las acostumbradas fotos y para compartir un rato con los compañeros.
¡Felicitamos a todos los graduados de este curso!
Foto: Natalia Echezuría
jueves, 2 de julio de 2009
Tu estás aquí- Jesús Adrián Romero
Aunque mis ojos no te puedan ver
te puedo sentir, sé que estás aquí.
Aunque mis manos no pueden tocar
tu rostro Señor, sé que estas aquí uoooo
Mi corazón puede sentir tu presencia,
tú estás aquí, tú estás aquí.
Puedo sentir tu majestad,
tú estás aquí, tú estás aquí.
Mi corazón puede mirar tu hermosura,
tú estás aquí, tú estás aquí.
Puedo sentir tu gran amor,
tú estás aquí, tú estás aquí
Aunque mis ojos no te puedan ver
te puedo sentir, sé que estás aquí.
Aunque mis manos no pueden tocar
tu rostro Señor, sé que estás aquí uoooo
Mi corazón puede sentir tu presencia,
tú estás aquí, tú estás aquí.
Puedo sentir tu majestad,
tú estás aquí, tú estás aquí.
Mi corazón puede mirar tu hermosura,
tú estás aquí, tú estás aquí.
Puedo sentir tu gran amor,
tú estás aquí, tú estás aquí.
Tú estás aquí, tú estás aquí,
tú estás aquí, tú estás aquí.
Foto tomada de la página: http://www.laverdaderavida.com
martes, 30 de junio de 2009
Testimonio personal- Pamela Torres
Antes de que decidiera escuchar y seguir el llamado de Dios yo era una persona buena, normal, tenía mis amigos, académicamente me iba bien y en mi familia todo marchaba en orden. Como me consideraba buena, establecí ciertos parámetros básicos para mi vida, eran cosas que uno dice que nunca en la vida va a hacer y que no entiende como personas "malas" pueden realizar.
Sin embargo, rompí una de esas reglas de moralidad que me había impuesto y desde ese instante mi vida cambió por completo. Dejé de considerarme buena y me convertí en una persona soitaria, llena de miedos, de conflicots y de resentimientos; la culpa me pesaba tanto que ni siquiera podía levantar la cabeza y tampoco quería levantarme de la cama.
Como mi familia participó de mi error pasamos de ser unidos a un grupo de personas que vive bajo el mismo techo pero que no sabe nada del otro. Seguimos terapias con psicólogos y tratamos de conversar, pero nada funcionaba. Me sentí cada vez más culpable de lo que sucedía y para sobrellevar la situación me refugié en mi novio de ese entonces, lo convertí en lo más importante de mi vida y creí que gracias a él mis heridas habían sanado.
De repente, mi relación sentimental terminó y otra vez me vi sumida en la desesperación y en la tristeza. Volvieron las peleas en mi casa, las bajas notas en la universidad y la culpa que no me dejaba en paz.
Cuando me encontraba así, Dios utilizó a uno de sus hijos para darme sus palabras de amor. Solo él logró darme la paz que tanto necesitaba y que sobrepasa todo entendimiento. Además, despertó curiosidad en mí y decidí asistir por primera vez a una reunión cristiana, en ella Dios me regaló un versículo que dice que nosotros no lo escogimos a él sino que él nos eligió a nosotros. Entendí que Dios me estaba llamando y que tenía planes para mí por lo que me dispuse a colaborar en todo y a aprender. Como quería que esta nueva vida sea algo permanente, oré pidiéndole al Señor que entrara en mi vida y que hiciera de mí la persona que él quiere.
Después de esa oración mi vida volvió a cambiar. Dios me fue enamorando cada día más de él, poco a poco restauró la relación con mi familia, me enseñó a perdonar y a apropiarme de su perdón. Los problemas no desaparecieron, pero ahora los puedo vencer.
Foto: David Sánchez
lunes, 29 de junio de 2009
No estás deprimido, estás distraído
No te quedes pensando en las cosas malas, siempre mira más allá y te darás cuenta de todas las cosas buenas que te rodean y que vienen detrás de lo que nos parece malo o doloroso.
Dios ya nos dio todo para ser felices, no perdamos el tiempo pensando en lo deprimidos que estamos; al contrario, cambiemos nuestra forma de mirar las cosas para ver más allá de lo aparente.
Video tomado de Youtube
Testimonio personal- Raquel Armijos
A pesar que estudiaba en un colegio cristiano donde nos dijeron cómo recibir a Cristo, no lo hice de corazón y lo que nos enseñaban, para mí, era solo una hora de clase más.
Al cursar mis primeros años de universidad, después de la semana de exámenes, mi mamá me propuso un viaje a Cali yo sola, así que acepté. Llegó el día del viaje, me subí a una 'Panamericana' y, al partir, un señor se subió a orar (algo que me extrañó completamente, pero que preferí ignorar), pusieron un par de canciones cristianas, pero yo permanecí indiferente; al hablar con mi compañera de asiento me enteré que ibamos a un campamento cristiano y en ese momento decidí bajarme, pero ya era demasiado tarde.
Tras un largo viaje por fin llegamos y todo lo que hacía me parecía terrible, aburrido y le vi todos los contras posibles. Al final de la semana, el último tema que se dio en la noche me llegó muchísimo; una amiga oró por mí y me quebranté muchísimo. Esa noche volví a recibir a Jesús en mi corazón, esta vez sinceramente, le pedí a Cristo que entrara en mi vida y a partir de ese día mi vida cambió totalmente.
Al comienzo creí que todo sería hermoso y que no volvería a tener problemas, pero esto no fue así ,sino que apartentemente perdí en todo aspecto: un semestre en la universidad, mis amigos, mi novio. Pasó el tiempo y Dios mismo se encargó de mostrarme que todo lo que perdí alguna vez era necesario para mi formación.
Ahora sí puedo decir que tengo un antes y un después de Cristo. Un antes marcado por un vacío en mi vida y un después donde Dios es mi primer amor, un padre amoroso y un amigo incondicional. Desde que le entregué el control de mi vida todo ha marchado bien, tengo una linda relación con mi familia, unos amigos que realmente valen la pena, una relación con mi novio en la cual nuestro amor va en tres direcciones: ambos tenemos la vista puesta en Dios, tengo éxito en el nivel académico en el que anhelo ser una mujer profesional que aporte a esta sociedad con conocimiento y como un instrumento de Dios.
Foto: Cristina Pintado
viernes, 26 de junio de 2009
lunes, 22 de junio de 2009
Un nuevo propósito
Es importante que tengamos claro que Dios nos creó de la forma que él quiso, con las características que él quiso que tengamos.
Si entendemos esto podremos comprender que Dios tenía un propósito para nuestra vida aún antes de que naciéramos.
Él planificó algo para cada uno desde antes que existiéramos; esto quiere decir que lo hizo sin nuestra participación; pero debemos estar seguros que si Dios es un papá de amor, lo que tiene preparado para nosotros es lo mejor. Romanos 8:28 dice que a los que aman a Dios todas las cosas les vienen a bien, así que debemos confiar en que si realmente lo amamos a todo lo que él haga en nuestras vidas va a ser lo mejor.
También tenemos que entender que como hijos de Dios no debemos pensar como personas del mundo. No nos debemos conformar con lo que todos piensan, sino que debemos romper esquemas y transformar nuestra forma de ver el mundo. Debemos saber que fuimos creados para Dios y no para que él cumpla todos nuestros caprichos.
El propósito principal que Dios nos dio es que hablemos de él, que compartamos a la gente la experiencia que hemos podido vivir y que llevemos su palabra. Mateo 28:18-20 nos hace un llamado para que hagamos discípulos en todas las naciones; ese es el propósito de nuestra vida.
Sin embargo, esto no quiere decir que todos debemos dejar a nuestra familia, trabajo, estudio, amigos, etc. para convertirnos en misioneros. Hay muchas formas de servir a Dios y podemos hacerlo desde nuestra carrera, gustos y habilidades. Todas estas son herramientas que tenemos para cumplir con la voluntad de Dios.
Además, tenemos que entender que Dios no nos quiere dar una vida cualquiera, al contrario, nos quiere dar una vida de éxito en la que alcancemos grandes cosas, que seamos llenos de bendiciones y que podamos ser de bendición para los demás.
domingo, 21 de junio de 2009
Flora y Fauna excepcional
Pura adrenalina
Viaje al oriente
miércoles, 10 de junio de 2009
Mi papá
Generalmente cuando vemos a Dios como papá lo asociamos con nuestros padres, pero ellos son humanos y por lo tanto se equivocan, nos fallan o no pueden encargarse de nuestras cosas de la manera que nos gustaría. Sin embargo, Dios es perfecto, no nos falla, no nos hecha en cara nuestros errores, no nos exige más de lo que podemos dar.
Hay algunas cosas que debes que entender:
-Dios te ama con amor eterno: para Dios no hay tiempo, él te ha amado siempre, te ama hoy y nunca dejará de hacerlo. Te ama más de lo que cualquier persona puede hacerlo, incluso más que tus papás.
-Dios te escogió desde el comienzo: Efesios
-Dios ya sabía cómo ibas a ser y tiene un plan para tu vida: el Salmo 139 explica que Dios estuvo a cargo de tu creación aún cuando estabas en el vientre de tu madre, mantuvo el control de todo el proceso. Pero no basta con eso, Dios tiene un plan perfecto para tu vida y es un plan que te dará un futuro lleno de paz y de cosas buenas.
-Dios conoce todo de ti: el mismo Salmo 139 dice que a Dios no le podemos esconder nada, Él conoce nuestros actos, nuestros sentimientos y hasta nuestros pensamientos más secretos. Además, Mateo
-Dios te da consuelo: Dios no es solo el que dice que se puede hacer y que no, no es solamente el que te creo sino que es tu papá y por eso quiere compartir todo contigo. Quiere estar ahí para ayudarte a soportar cada problema que tengas, para sanar tu corazón y para darte fuerzas.
-Dios nunca te abandona: el Salmo 27:10 dice “Aunque mi padre y mi madre me abandonen, tú Señor te harás cargo de mí” No importa la circunstancia, no importa lo solo que te puedas sentir, Dios siempre va a estar pendiente de ti.
lunes, 8 de junio de 2009
Cuatro llaves
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”
Dios nos ama tanto que dio a su Hijo por nosotros para que pudiéramos disfrutar de una vida con sentido y felicidad.
¿Qué es una vida con sentido y felicidad?
-Paz con Dios
-Equilibrio sicológico
-Lucidez mental
-Madurez emocional
-Salud Física
Pero entonces por qué la mayoría de las personas no viven de esta forma??
2. Porque las personas prefieren manejar su vida según su propio criterio
“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino”
La actitud de querer guiar nuestra vida según lo que a nosotros nos parece mejor se conoce como pecado y provoca conflictos en la personalidad en quienes viven de esta forma.
“Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será una fuente de agua que salte para vida eterna”
Gracias a Jesús podemos tener esa vida con sentido y felicidad
-Nuestro espíritu pasa de muerto a vivo
-Desaparecen todos los conflictos afectivos y de personalidad
-Tenemos salud total
Pero saber esto no basta…
4. Es necesario recibir a Cristo en el corazón como señor y salvador
Jesús hoy te dice:
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”
Recibir a Cristo significa convertirme a Dios, confiar en Cristo para que entre en nuestra vida, perdone nuestros pecados y nos haga la persona que él quiere que seamos.
¿Cómo puedo recibir a Cristo?
Solo necesitas hablar con él y pedirle que entre a tu vida. Dios conoce tu corazón y no tiene tanto interés en las palabras sino en la actitud de tu corazón.
Te dejamos una oración guía para que la repitas:
Señor Jesucristo, yo te necesito. Reconozco que tú moriste en la cruz por mis pecados. Te pido que entres a mi vida como Señor y Salvador y hagas de mí la persona que tu quieres que yo sea. Amén.